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GRAND TRAIN TOUR
Martigny, entre viñedos y árboles frutales. La ciudad, repleta de patrimonio histórico y cultural, es, además, nudo de comunicaciones entre las rutas por los puertos Simplon, Gran San Bernardo y Forclaz. Desde allí, vía Brig, se accede a la ensoñadora población de Zermatt, con el Cervino como gran protagonista, teñido de nieves.
El Bernina Express, que circula entre Chur y Tirano, pasa la curva de Montebello
De Zermatt a St. Moritz, entre montañas
El artífice del viaje es el Glacier Express, un tren con un nombre tan excitante como la ruta que propone, que en siete horas y media surca un paisaje de ensueño, el que se expande entre el Cervino y la Engadina. Es un viaje pausado, como es la naturaleza que lo acompaña desde el punto de partida en Zermatt, con la eterna mirada del Cervino observando desde el cielo. Las ventanas panorámicas, que tocan el techo del tren, son como una gran pantalla cinematográfica sobre la que se proyectan imágenes de una película hecha realidad. Una sucesión de montañas y pueblos encantadores se abre a ambos lados. Montañas en las que encontramos, por ejemplo, el puerto alpino de Oberalp, a 2.033 metros de altitud, o el monasterio benedictino de Disentis. El Rin ofrece grandes momentos, como sus gargantas o el punto en que confluyen sus dos ramales, el Rin anterior y el Rin posterior, en Reichenau-Tamins. El rojo y blanco de los vagones parece querer llamar la atención mientras serpentea entre montañas escarpadas, acercándose a sitios míticos del cantón de Graubünden, como el castillo de Ortenstein, o el municipio de Domleschg, donde despuntan montañas nevadas y fortalezas. En la vetusta Chur, considerada la ciudad más antigua de los Alpes, seducen sus calles antiguas y peatonales, que atesoran historia ligada al estratégico punto donde se fundó. Finalmente, tras 91 túneles y 291 puentes, este expreso de los glaciares se sumerge en el universo del valle de la Engadina. Y para sus motores en la elegante ciudad de St. Moritz, destino de veraneo para los amantes de la naturaleza sin límites.
Desde St. Moritz a Lugano, patrimonio de la Unesco
Hay dos rutas que salvan la distancia entre St. Moritz y la Suiza italiana. En verano, una de las mejores experiencias viajeras en el país de los Alpes es tomar el Bernina Express hasta la ciudad italiana de Tirano, para continuar el viaje en autobús hasta Lugano. El trayecto del Bernina Express es uno de los más espectaculares y se inicia ya en Chur, pasando por St. Moritz, donde empalma con la ruta del Glacier Express. Justo antes de llegar a St. Moritz nos llevamos la gran sorpresa del viaje, el viaducto
90 Lonely Planet Traveller Grand Train Tour of Switzerland