references
Alice Pierburg es la joven artífice de Store Gallery, una tienda abierta al arte en pleno barrio de Lindenhof
tos otros núcleos fabriles europeos, durante la segunda mitad del siglo XX. El periodo entre 1890 y 1966 supuso la proliferación, en la zona oeste de Zúrich, de fábricas relacionadas con la industria pesada, que fueron progresivamente abandonadas a partir de 1966. El reducto de ese pasado de actividad infatigable se convirtió, de repente, en una zona inerte y plagada de heridas, como la gran cicatriz de la vía del tren que se eleva sobre un viaducto de grandes arcadas. Ahora, ese antiguo viaducto se enorgullece de ser uno de los símbolos del distrito. Im Viadukt, con sus 36 arcos, reúne en su interior galerías de arte, tiendas de moda y
diseño, restaurantes y un gran mercado, punto de encuentro de las nuevas generaciones y de los más exigentes con la calidad de los productos. Salimos del Viadukt para seguir explorando este arsenal de proyectos urbanos que es el nuevo barrio, y enseguida sale a nuestro encuentro el Löwenbräu Areal, un edificio que encarna a la perfección el espíritu de la zona. El ladrillo de la antigua fachada y los restos de estructuras industriales, como la chimenea o el viejo silo, hablan de la funcionalidad de la que fue una destacada fábrica de cerveza, y parecen convivir en perfecta armonía con los cuerpos modernos que se han añadido al complejo. El arte con-
embajador
Maurice Maggi, primer paisajista urbano y cocinero. Se autodenomina un jardinero de guerrilla (guerrilla gardener), una especie de héroe urbano contemporáneo cuya misión principal es la de plantar flores en los terrenos más insospechados de Zúrich. Más allá de llevar a cabo sus heroicas misiones, Maurice ocupa su tiempo con la cocina, su otra gran pasión. Y su ocio se reparte entre escuchar música en vivo en el Club Helsinki y regalarse un buen brunch de fin de semana en el restaurante Ziegel. El amor por lo verde es el leitmotiv de este zuriqués incansable. Así que, si en algún lugar queremos encontrarlo, este puede ser fácilmente el parque de Irchel. “La naturaleza salvaje tiene aquí un maravilloso y abundante espacio. Las plantas y los árboles frutales locales se cultivan en 32 hectáreas de la Grün Stadt Zürich. Un oasis urbano”, asegura Maggi.