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Vista sobre La Chaux-deFonds
NEUCHATEL
La garganta Creux du Van, en el Val de Travers
las ventajas de este escenario singular. A 1.000 metros de altitud, se trata del lago más grande del Jura, y el más popular a la hora de practicar deportes acuáticos de todo tipo. En invierno, su superficie helada se convierte en una gran pista de patinaje y en sus aledaños algunas pistas de esquí cumplen los sueños de los amantes de la nieve. Todo el valle es, efectivamente, el lugar idóneo para el montañismo. Resulta fácil de imaginar cómo de dura debía ser la vida en estos parajes en tiempos remotos. Y esto explica, en parte, el inicio de la tradición de la producción y ensamblaje de relojes en los pueblos de la zona. En nuestro viaje en automóvil, un ferrocarril parece hacernos la competencia: es el que conecta los pueblos de Vallorbe hasta Le Sentier y Le Brassus, los que concentran esa intensa actividad relacionada con los relojes. Mientras que en Ginebra el calvinismo fue el motor del inicio de esta industria, es a partir de 1740 cuando, en estas recónditas aldeas, los campesinos encontraron en la precisión de la fabricación de relojes una fuente de ingresos durante los helados meses de invierno. La prosperidad y la autosuficiencia fueron debidas, en gran parte, al aislamiento del lugar. Hoy, en el museo de relojes Espace Horloger, en Le Sentier, puede repasarse la historia de esta industria local y a la vez internacional. Es hora de seguir en marcha para aproximarnos en pocos kilómetros al lago de Neuchâtel y hacer una parada en Yverdon-les-Bains, la estación termal más importante de Suiza occidental. Pero la Gran Ruta de Suiza
nos tiene reservada otra agradable sorpresa: el pueblo medieval de Romainmôtier, presidido por su sólida iglesia románica. La contemplamos desde un mirador escondido en una colina y tenemos la sensación de que en Romainmôtier el tiempo se ha tomado una tregua para pararse en un pasado de piedra y naturaleza. YVERDON-LES-BAINS, CENTRO TERMAL. Tan solo entrar en la ciudad, nos damos cuenta de que estamos en un lugar privilegiado, con una gran tradición termal a sus espaldas que se plasma en edificios, castillos y ruinas de baños romanos. Anclada entre el Jura, las colinas de Broye y el lago de Neuchâtel, Yverdon-les-Bains cuenta con 6.000 años de tradición a sus espaldas que le han otorgado sus benéficas y medicinales aguas termales. Hoy la salud sigue siendo la protagonista de esta apacible ciudad. HACIA NEUCHÂTEL Y LA CHAUX-DEFONDS. Llegamos a Neuchâtel, conocida en alemán como Neuenburg, dispuestos a saborear la historia y cultura de la atractiva ciudad. Hay dos museos imprescindibles: el Laténium, el museo de arqueología más grande de todo el país, y el Museo de Arte e Historia. Pero el principal atractivo de Neuchâtel se encierra en su casco antiguo medieval, con la catedral del siglo XII y la Place des Halles, punto de encuentro de estudiantes de esta ciudad universitaria. El paseo por el lago en barco pone la guinda al pastel de la visita a Neuchâtel. La ruta prosigue y otra ciudad nos espera cargada de pequeños teso-
ros. Se trata de La Chaux-de-Fonds, la ciudad que vio nacer al genial arquitecto Le Corbusier, cuya figura traza una interesante ruta a través de sus obras. Nos acercamos a algunas de sus casas, como la Maison Blanche, construida para sus padres. Pero toda la ciudad es de gran interés urbano y arquitectónico, y, por este motivo, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en el 2009. Después de un catastrófico incendio, La Chaux-de-Fonds renacía de sus cenizas a principios del siglo XIX. Merece la pena visitar el Museo de la Relojería. Como suele pasar, cuando disfrutamos de la vida, el tiempo marcado por los relojes que nos rodean pasa volando. Y nos indica que es hora de continuar el camino hacia Basilea.
MÁS INFORMACIÓN: www.yverdonlesbainsregion.ch www.neuchateltourisme.ch
La Gran Ruta de Suiza de Vallorbe a Orbe
La Gran Ruta de Suiza Lonely Planet Traveller
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