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BASILEA
En la Marktplatz, el ayuntamiento es el vigía del mercado al aire libre, punto de encuentro de vendedores de comida y flores
Decidimos que St-Ursanne es una fantástica etapa para parar el coche y dar una vuelta por su casco antiguo. Cuenta la leyenda que fue el monje irlandés Ursicinus el fundador de la bonita aldea, cuando llegó a este hermoso paraje para establecerse como ermitaño. Peregrinamos 190 escalones hasta la ermita del santo, desde donde podemos contemplar la hermosa población de piedra y el río Doubs que la baña. Proseguimos por la Gran Ruta de Suiza para topar, a pocos kilómetros, con otra población deliciosa, Delémont. Es, de hecho, la ciudad más importante del cantón del Jura, que visitamos con esmero siguiendo sus bonitas fachadas de colores, sus fuentes policromadas y las antiguas puertas de entrada medievales. Ambos pueblos son la antesala de la llegada a la fantástica ciudad de Basilea. BASILEA, SIEMPRE AL DÍA A caballo entre Francia y Alemania, Basilea es una ciudad con mucha personalidad a la que le gusta marcar la diferencia respecto al resto de las ciudades suizas. El casco antiguo,
16 Lonely Planet Traveller La Gran Ruta de Suiza
encuadrado por el Rin, es uno de los mejor conservados de Europa y, en contraste, las propuestas de arquitectura contemporánea y arte sazonan la vida en la sorprendente Basilea. A ORILLAS DEL RIN En la enigmática Basilea no hay lagos ni montañas. En el viaje por Suiza parece que los días se cuentan por picos y lagos, pero una ciudad parece empeñada en saltarse la norma y darnos una sorpresa… ¡muy agradable! Y es que el encanto de la cultural Basilea se guarda como un tesoro regado por el caudaloso Rin, en su valioso casco antiguo, pero también en los numerosos museos de arte que la colocan en el primer lugar de la lista nacional por lo que se refiere a cantidad. Me dispongo a desentrañar los secretos de la histórica Basilea y emprendo un itinerario que se enmarca en la antigua ciudad fortificada, en la orilla occidental del río. Antiguas puertas marcaban los puntos de entrada en esta muralla, como la hermosa Spalentor. Un buen punto de partida es la Marktplatz, una pintoresca plaza de forma rectangular que aún hace las veces de plaza del mercado y punto
de referencia y partida de numerosos itinerarios urbanos. Hoy es día de mercado y en los golosos puestos se concentran turistas y vecinos encantados con la fresca oferta local. Christine llena sus bolsas de verdura y fruta: “Soy de aquí y me encanta mi ciudad, especialmente la modernidad y la vida cultural que propone”. El fondo a esta escena de mercado al aire libre, que viene repitiéndose siglo tras siglo, es de color rojo púrpura: el del edificio del ayuntamiento, una construcción ecléctica levantada en diversas épocas, entre los siglos XIV y XIX, maquillada con preciosas pinturas y tocada por una elegante torre. Me seduce este bloque de color, que invita a penetrar en su patio interior, donde la historia viene contada por frescos policromados. ENCANTO COMERCIAL Abandonamos la plaza para adentrarnos en el antiguo barrio de los artesanos. Sus estrechas calles, de nombres gremiales, encierran construcciones antiguas en un marco casi de cuento de hadas reconvertido en encantador feudo de pequeñas tiendas actuales, muchas de ellas aún artesanales. Pasamos por callejuelas donde, con un
escapada
Una opción de escapada en Basilea es visitar las ruinas romanas de la antigua ciudad de Augusta Raurica, una auténtica joya en muy buen estado de conservación al norte de los Alpes. Se enclava en los pueblos de Augst/Kaiseraugst, a pocos kilómetros de Basilea.