references
BASILEA
Theresa Stöckin diseña, fabrica y vende sombreros en su bonita tienda del casco antiguo DERECHA Son cuatro los históricos ferris que cruzan el Rin de orilla a orilla. Fährimaa lleva media vida acompañando este viaje fluvial
pus de Dreispitz: “Me gusta estudiar en este nuevo edificio, es práctico y cercano al centro”. Tomamos el tranvía, para descubrir un volumen de forma cúbica que nos sale al paso. Es la estación ferroviaria, y junto a esta, el centro de control de los ferrocarriles de Basilea, obra, claro está, de Herzog & de Meuron, cuyo máximo exponente es, no obstante, y al otro lado del río, el edificio de la nueva Feria de Muestras. Como una gran nave espacial recién aterrizada en Basilea, la gran obra de la arquitectura más actual resplandece como el nuevo símbolo de la ciudad. Se trata del city lounge del recinto ferial, un espacio público cubierto que funciona como entrada a la feria y punto de encuentro. Basilea parece invadida por las líneas futuristas y rompedoras de los arquitectos más atrevidos, como Frank O. Gehry, Diener & Diener o Sanaa, todos artífices del deslumbrante campus de Novartis. Menos deslumbrante, pero delicioso, es el Vitra Design Museum en Weil am Rhein, el primer edificio diseñado por Zaha Hadid y la primera obra de Gehry en Europa. Situado a unos 5 kilómetros de Basilea, es una visita obligada para los amantes del diseño.
VUELTA A LA TRADICIÓN Me encanta esta Basilea de contrastes, la que nos sobresalta con bloques inmensos de cristal y formas impensables, pero también la que es capaz de conservar sus tradiciones, como los curiosos ferris que cruzan incansablemente el Rin. Me dirijo al pequeño embarcadero para subir a uno de los cuatro ferris que cubren el corto pero necesario trayecto. Suena la campanita de la embarcación, cuyo impulso es la corriente del río. Un cable mantiene el barco en la línea del trayecto. Subimos y allí nos espera Fährimaa,
un entrañable “capitán” que lleva 22 años guiando la pequeña embarcación de una orilla a otra: “Mi padre ya se dedicaba a esto”, comenta con la sonrisa tímida pero franca de quien sin haber visto mucho mundo ha tenido el mundo en su casa a través de los miles de viajeros que deben haber cruzado el Rin navegando con él. En muy pocos minutos hemos accedido, de nuevo, a la ciudad antigua. Se acerca la hora de la cena y nuestro objetivo es el restaurante del hotel más antiguo, Les Trois Rois. En este maravilloso establecimiento, el restaurante Cheval Blanc, regentado por el prestigioso chef Peter Knogl, testifica sus dos estrellas Michelin con una propuesta gourmet de las que deshacen el paladar. Otra gran opción en Les Trois Rois es la brasserie, condecorada con 14 puntos en la última Gault Millau. Sea cual sea la opción que escojamos, sin duda será la mejor manera para despedirnos de Basilea.
MÁS INFORMACIÓN: www.basel.com
embajador
Sam Keller, director de la Fundación Beyeler. El que fue director de la Feria de Arte de Basilea se erigió, en el 2008, como flamante director del museo de arte más visitado del país, en la ciudad con más museos de Suiza: la Fundación Beyeler de Basilea, cuya colección permanente incluye obras de Bacon, Calder, Van Gogh, Matisse y Picasso, y con exposiciones temporales dedicadas a grandes nombres como Jeff Koons y Philippe Parreno. De la ciudad del arte que es Basilea, Keller ha querido recomendar un parque repleto de obras de Richard Serra, la Villa Wenkenhof. "Con su jardín francés y el parque inglés con esculturas de Richard Serra —ambos pueden visitarse en domingo—, la Villa Wenkenhof es como la encantadora versión en miniatura de Versalles en Basilea". Efectivamente, es esa mezcla entre la exquisitez, el buen gusto y el cosmopolitismo lo que transforman Basilea en una cita obligada en el viaje suizo.
La Gran Ruta de Suiza Lonely Planet Traveller
23