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LAGO LEMÁN
El castillo de Chillón, situado sobre unas rocas junto al lago, alberga murales del siglo XIV, bóvedas, salas y dormitorios decorados siguiendo el dominio bernés IZQUIERDA Rodeado de viñedos, se alza el imponente castillo de Aigle
Aigle, un castillo con sabor a vino
El lago Lemán nos da la bienvenida con la visita al castillo de Aigle, en cuyos entornos se encuentra el Museo del Vino, con más de 2.000 años de historia de la viticultura explicados en sus salas. Desde allí, nos dirigimos a Montreux, pasando primero por Chillón.
El castillo de Chillón, de leyenda
Ante nuestros ojos se dibuja un escenario de película medieval. Y es que hay lugares únicos donde la mano del hombre ha sabido aportar su grano de arena para transformar la naturaleza en iconos perfectos. Iconos que mezclan las dosis justas de naturaleza y arquitectura. Es el caso del monumento histórico más visitado de Suiza, el castillo de Chillón. Elevado sobre un pedestal de un islote al pie del lago de Ginebra, su construcción se remonta al siglo XIII, cuando ejercía la doble función de residencia de la nobleza y fortaleza. Observo su perfil de cuento de hadas y me doy cuenta de esa doble fachada: la que mira a la carretera recuerda más a un castillo o fortaleza, mientras que la que se postra sobre
78 Lonely Planet Traveller La Gran Ruta de Suiza
el lago, a un palacio residencial. Sea como sea, la armonía del conjunto me invita a la visita, al paseo por espacios fascinantes como las bodegas, los bonitos patios, salas y habitaciones de la que fue casa de los duques de Saboya. El fortín fue uno de los primeros construidos en un lago estratégico que conecta, ambos lados, con el río Ródano. El lugar que inspiró a Lord Byron o a Victor Hugo es un castillo encantador e impregnado de historia que merece la pena tratar con cuidado. Así lo hace Christine, una restauradora que encuentro enfrascada retocando un trocito de pared de una noble sala: “Se trata de un trabajo muy meticuloso de restauración para devolver las paredes de la habitación a su estado original”. Abandono Chillón con la impresión de que en la región del Lemán la belleza es el leitmotiv que secunda nuestros paseos. Desde aquí llegamos a Montreux en un abrir y cerrar de ojos.
Montreux, el ‘show’ continúa
Un aire de nostalgia acompaña mis pasos en la caminata por el paseo marítimo de Montreux. Quizá sea el lago, con sus aguas mansas, o el devenir de edificios belle époque, muchos de ellos hoteles, el que impregna la atmósfera de la ciudad con un regusto de ese pasado en que el en-